Historia de la Industria automotriz Argentina II

A FINES DE LA DECADA DEL 60, EL PAIS SE ENCONTRABA ENTRE LOS 15 PRINCIPALES PRODUCTORES DE AUTOS DEL MUNDO

Lo sucedido con la industria automotriz en el pasado resulta clave para entender su presente y también para comenzar la discusión acerca de las mejores acciones que tanto el sector privado como el público deberán llevar adelante para un crecimiento sostenido de la actividad.
La producción local de automotores creció al 2,2% promedio anual en el período 1963-2004, lo cual la sitúa por debajo del 2,8% anual que muestra la industria a nivel global.
A fines de la década del 60, Argentina se encontraba entre los 15 principales productores de automotores del mundo, con una participación de mercado del 0,7%. En la actualidad, ha retrocedido al puesto Nº28, con un market share del 0,4%. Argentina integra un grupo de países cuya industria automotriz “prometía” en la década del 60 pero que con el transcurso de los años no logró alcanzar una manufactura de gran escala.
Lo contrario sucedió en otros países latinoamericanos (caso de Brasil y México), y particularmente en distintos países del Asia (Japón, China, Corea del Sur), que si lograron sostener altas tasas de crecimiento en sus industrias. ¿Podría haber sido la historia distinta? El patrón que muestra el nivel de actividad de la industria automotriz no es más que un reflejo del que ha tenido la producción argentina en general, con algunas sutiles diferencias. El comportamiento tendencial de la producción de automotores ha sido muy similar al del Producto Interno Bruto (PIB). El crecimiento promedio anual del PIB fue del 2,4% entre los años 1963 y 2004 (a precios constantes), y el de la producción de automotores del 2,2%.
La industria automotriz argentina ha tenido un desempeño pobre en los últimos 40 años, si se
compara lo sucedido con la producción local y la de otros países de Latinoamérica (caso de Brasil y México) o Asia (Japón, China y Corea del Sur) en el mismo período. En estos años el país ha descendido varias posiciones en el ranking mundial de productores, más de diez lugares al menos, ocupando en la actualidad el puesto N°28.
Seguramente muchos factores han contribuido a este proceso de estancamiento relativo.
Difícil resulta hacer una revisión analítica de todos ellos. Lo que si puede decirse es que la industria automotriz se ha rezagado en términos internacionales, entre otros motivos, por su excesiva dependencia del mercado interno argentino, bajo el amparo de un régimen permanente de protección que no logró que la industria diera el salto de escala y eficiencia que le permitiera competir en el mundo globalizado.
La dependencia del mercado interno no ha sido claramente positiva, al menos en el caso argentino. La evolución del nivel de ingresos de argentina ha sido mediocre y muy volátil; esto último se ha transmitido automáticamente a la producción de automotores, que no ha podido sustituir el mercado interno por otros destinos.
La protección a la industria de la competencia extranjera ha sido importante en las décadas de los 60, 70 y 80. No se ha realizado un relevamiento de toda la legislación emitida al respecto. No ha hecho falta. Las estadísticas de importaciones son contundentes. Durante estos años no hubo prácticamente importaciones, estas fueron en promedio cercanas a las 5.000 unidades, a pesar que a mediados de las décadas del 30 o del 40 superaban las 50.000 unidades. Recién en los 90 se abriría el mercado a la competencia extranjera, aunque con ciertas restricciones.
Es muy claro la relación entre la apertura comercial de los 90 y el incremento en la productividad laboral de la industria.
Lamentablemente, en la actual década, en gran medida producto de la crisis, la productividad laboral ha perdido la dinámica que mostrara anteriormente.
Retomar el sendero de crecimiento de la productividad laboral es clave para el futuro de la industria. Es la única manera de mejorar los salarios en términos reales sin ver disminuidas las chances de competir en el mercado internacional.
La producción de automotores depende en la actualidad un 45% del mercado interno y un 55% de las exportaciones. Si la economía argentina continúa creciendo está garantizado el crecimiento del 45% de la producción. Para el 55% restante se requiere seguir abriendo mercados, avanzando en acuerdos comerciales, y mejorando productividad, calidad y prestaciones de los vehículos nacionales.
Sólo el “modelo exportador” puede generar crecimiento sostenido a futuro en la industria.
Este es el camino que han seguido (por convicción o por obligación) todos los países productores que cuentan con un mercado interno de tamaño y dinámica como el argentino.

Fuente: Documento de Trabajo de Fundación Mediterránea “Los últimos 40 años de la producción automotriz-Radiografía de una industria argentina”. Agosto 2006. Autores: Juan Manuel Garzón e Inés Berniell.

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